El Congreso de la Ciudad de México aprobó la tipificación de los “pinchazos” como delito grave, con penas que pueden alcanzar hasta 7.5 años de prisión y multas de hasta 350 días de salario mínimo. La reforma, impulsada por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, y aprobada con 60 votos a favor, tres en contra y ninguna abstención, responde a la creciente preocupación por agresiones con agujas o sustancias en el transporte público y eventos masivos como conciertos, festivales y estadios.
