México, país de una diversidad cultural excepcional, alberga una riqueza única representada por sus numerosas lenguas indígenas. Estos idiomas, portadores de historias ancestrales, no solo son una parte fundamental del patrimonio cultural, sino que también desempeñan un papel crucial en la identidad y el tejido social de la nación.
Nuestro país cuenta con 69 lenguas nacionales -68 indígenas y el español-, por lo que se encuentra entre las primeras 10 naciones con más lenguas originarias y ocupa el segundo lugar con esta característica en América Latina, después de Brasil.
Según cifras del INEGI, cerca de 7 millones de personas hablan alguna lengua indígena, y más de 25 millones se identifican como indígenas, principalmente en el sureste del país. La diversidad es palpable con 860,000 hablantes de lengua maya, la segunda más hablada después del náhuatl. El país alberga 11 familias lingüísticas y 364 variantes lingüísticas, cada una contribuyendo a la riqueza cultural y al legado histórico de la nación.
Estas cifras resaltan la importancia de preservar y reconocer la vitalidad de las lenguas indígenas.
Contribución a la Diversidad Cultural Global:
La preservación de las lenguas indígenas no solo es una responsabilidad nacional, sino también una contribución valiosa a la diversidad cultural global. Estas lenguas ofrecen perspectivas únicas sobre la relación entre la humanidad y la naturaleza, la espiritualidad, y la convivencia armoniosa con el entorno.
En resumen, reconocer y preservar las lenguas indígenas en México es un compromiso con la riqueza cultural del país y una inversión en el mantenimiento de la diversidad lingüística global. La revitalización de estas lenguas no solo fortalece las comunidades indígenas, sino que enriquece la identidad de toda la nación.
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