El 14 de abril de 1823, un hito histórico marcó la identidad nacional de México: se expidió el decreto que definió la forma oficial del Escudo Nacional, convirtiéndolo en un símbolo icónico del orgullo y la unidad del pueblo mexicano.
Este trascendental decreto estableció los elementos que conforman el emblemático escudo, cada uno con un profundo significado. El águila representa al pueblo mexicano, mientras que la serpiente hace referencia a los enemigos del país. Las dos ramas, una de encino y otra de laurel, simbolizan el martirio y la victoria de la nación.
El Escudo Nacional ha sido modificado en diversas ocasiones a lo largo de la historia, reflejando los cambios políticos y sociales de México. Sin embargo, su esencia ha permanecido intacta, convirtiéndolo en un símbolo de unidad e identidad nacional que trasciende las fronteras.
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