El 31 de marzo se conmemora el natalicio del poeta, ensayista y Premio Nobel de Literatura mexicano Octavio Paz, quien nació en 1914 en la Ciudad de México. A 25 años de su fallecimiento, ocurrido el 19 de abril de 1998, su legado e influencia siguen resonando en el panorama literario actual.
Paz fue un pensador crítico que creía firmemente en la importancia de la libertad individual y la democracia, valores que se ven reflejados en su extensa obra que abarca poesía, ensayo, traducción y reflexión sobre arte y cultura. Su producción literaria, con casi una treintena de libros de poesía publicados y numerosos ensayos sobre temas diversos, se enmarca entre la lírica y la meditación.
Una de sus contribuciones más significativas fue la exploración de la identidad mexicana en su famoso ensayo «El laberinto de la soledad» de 1950, donde analiza la psique del mexicano. Otras obras emblemáticas incluyen el poema «Piedra de sol» (1957), los ensayos «El arco y la lira» (1956) sobre la creación poética, y «Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe» (1982), un estudio sobre la vida y obra de la poeta novohispana.
En 1990, Octavio Paz se convirtió en el primer y hasta ahora único mexicano en recibir el Premio Nobel de Literatura, un reconocimiento a la trascendencia universal de su obra. Hoy, a 108 años de su nacimiento, recordamos a este gran poeta y ensayista a través de algunos de sus poemas más célebres y reflexionamos sobre el profundo impacto que tuvo en las letras mexicanas y mundiales.
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