El 18 de julio marca el aniversario luctuoso de Benito Juárez, una figura emblemática en la historia de México. Nacido en San Pablo Guelatao, Oaxaca, Juárez es recordado por su incansable lucha por la justicia y la reforma social. Su legado continúa siendo una fuente de inspiración para muchos mexicanos.
Juárez, de origen indígena zapoteca, fue el primer profesionista que egresó del Instituto de Ciencias y Artes, donde se graduó como abogado en 1834. Este logro marcó el inicio de una carrera política y jurídica que lo llevaría a convertirse en presidente de México. Su vida estuvo marcada por la superación de adversidades, incluyendo la pobreza extrema que lo obligó a huir de su pueblo natal.
Durante su presidencia, Juárez se destacó por su estatura moral y su compromiso con la legalidad y la institucionalidad. A pesar de medir solo 1.37 metros, su influencia y determinación fueron gigantescas. Juárez lideró al país en momentos críticos, incluyendo la Guerra de Reforma y la intervención francesa, defendiendo siempre la soberanía nacional y los derechos civiles.
El impacto de Juárez es evidente en la vida cotidiana de México. Hasta el año 2017, el Inegi reportó que más de 60,148 calles llevaban su nombre, un testimonio de su perdurable presencia en la memoria colectiva. Su legado de justicia y reforma sigue siendo una guía para la nación.
En este aniversario luctuoso, recordamos a Benito Juárez no solo como un líder político, sino como un símbolo de la lucha por la igualdad y la justicia. Su vida y obra nos invitan a reflexionar sobre los valores que deben guiar a México hacia un futuro más justo y equitativo.
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