El Senado de México se instaló ayer para la 66ª Legislatura, con Morena y sus aliados ocupando casi dos terceras partes del salón de sesiones, consolidándose como la fuerza mayoritaria. Esta configuración ha generado preocupación en la oposición, que teme que Morena logre el voto que le falta para obtener la mayoría calificada necesaria para aprobar la reforma judicial y otras iniciativas del plan C del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Entre los nuevos senadores se encuentran figuras controvertidas como los dirigentes del PRI y el PAN, Alejandro Moreno Cárdenas y Marko Cortés, respectivamente. También están presentes legisladores que dejarán el escaño en un mes, como Marcelo Ebrard, Omar García Harfuch, Ernestina Godoy y Citlalli Hernández, quienes se integrarán al gabinete de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, pero esperan votar antes la reforma judicial.
La sesión inició con la instalación de la Mesa de Decanos, presidida por el priísta Manlio Fabio Beltrones, quien tomó protesta a los 128 senadores. El coordinador de Morena, Adán Augusto López Hernández, presentó la propuesta para la integración de la mesa directiva, encabezada por Gerardo Fernández Noroña. A pesar de la mayoría de Morena, fue necesario negociar con las demás fuerzas políticas para aceptar la propuesta, ante objeciones iniciales del PAN.
Fernández Noroña fue elegido como presidente de la mesa directiva con 127 votos a favor y uno en contra, de la panista Lilly Téllez. Durante la votación, se observó la presencia de agentes de la fiscalía de Chihuahua, quienes entregaron una orden de aprehensión contra el morenista Javier Corral Jurado. A pesar de las tensiones, la sesión concluyó con la elección de la mesa directiva.
El recinto legislativo estuvo lleno, y al concluir la sesión constitutiva, los senadores se tomaron fotos de recuerdo con sus familias. Esta nueva legislatura se enfrenta a desafíos significativos, con Morena buscando consolidar su agenda legislativa en un contexto de oposición fragmentada.
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