La presidenta Claudia Sheinbaum anunció este jueves que México no impondrá aranceles recíprocos a Estados Unidos por el momento, optando por el diálogo y la negociación para resolver las tensiones comerciales. Esta decisión se toma en un contexto de guerra comercial donde ambos países han intercambiado amenazas de imponer tarifas a productos importados.
Sheinbaum argumentó que «nadie gana en una guerra comercial» y que México busca un acuerdo mutuamente beneficioso. La presidenta indicó que se mantendrá en espera hasta abril para evaluar si las condiciones cambian y se requiere una respuesta más firme. Esta postura se alinea con la estrategia de evitar conflictos innecesarios y promover el comercio justo.
La administración de Sheinbaum ha enfatizado la importancia de mantener buenas relaciones con Estados Unidos, especialmente en un momento en que la economía mexicana enfrenta desafíos significativos. El T-MEC sigue siendo un pilar fundamental para el comercio bilateral, y México busca preservar los beneficios de este acuerdo.
Aunque algunos sectores han presionado para que México responda con aranceles recíprocos a las medidas de Trump, Sheinbaum ha preferido priorizar el diálogo. Esta estrategia busca evitar un daño irreparable a la economía mexicana y mantener la estabilidad macroeconómica.
La decisión de no imponer aranceles recíprocos ha sido bien recibida por sectores empresariales, que ven en el diálogo una oportunidad para resolver las diferencias comerciales sin afectar la competitividad de las empresas mexicanas. Sin embargo, algunos críticos argumentan que esta postura puede ser vista como debilidad por parte de México.
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