La renovación de la dirigencia nacional de Morena marcó un hito importante en la historia del partido, con la elección de Andrés López Beltrán como secretario de Organización y la integración de nuevos miembros en el Comité Ejecutivo Nacional. Este cambio representa un claro relevo generacional dentro de la organización política, alineándose con la visión de futuro del partido.
La presidenta electa Claudia Sheinbaum expresó su confianza en la nueva dirección, afirmando que sabrán guiar con principios y unidad el movimiento. La votación, realizada por 3,000 congresistas nacionales, resultó en la elección de nueve titulares de cartera, mientras que dos más mantendrán sus cargos actuales. Esta nueva dirigencia asumirá sus funciones el primero de octubre, coincidiendo con el inicio del nuevo gobierno.
Entre los cambios más notables, Luisa María Alcalde, actual secretaria de Gobernación, fue elegida como presidenta del partido en sustitución de Mario Delgado. Carolina Rangel Gracida asumirá el cargo de secretaria general, reemplazando a Citlalli Hernández. Rangel Gracida, conocida por su cercanía con el gobernador de Michoacán y su experiencia en la ayudantía del presidente López Obrador, aporta una mezcla de experiencia política y juventud al equipo directivo.
La incorporación de Andrés López Beltrán, hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, como secretario de Organización, ha sido uno de los movimientos más comentados. En su discurso de aceptación, López Beltrán destacó el legado de su padre y enfatizó el relevo generacional que representa Claudia Sheinbaum como presidenta electa.
Este nombramiento subraya la continuidad del proyecto político iniciado por López Obrador, al tiempo que introduce nuevas perspectivas y energías al partido.La nueva dirigencia ha aceptado las recomendaciones de Sheinbaum y se ha comprometido a que los representantes de todos los gobiernos morenistas firmen un decálogo basado en las acciones impulsadas por López Obrador.
Deja una respuesta