La Secretaría de Agricultura de Estados Unidos anunció este lunes que se logró un acuerdo con México sobre el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944, tras semanas de tensión y presiones por parte del gobierno estadounidense, encabezado por Donald Trump, para que México cubriera el adeudo de agua destinado a Texas. El pacto busca garantizar el abastecimiento para agricultores y ganaderos texanos, pero también asegurar el consumo humano en regiones mexicanas que dependen del Río Bravo.
¿Qué implica el acuerdo?
Ambos gobiernos informaron que, de manera inmediata, México realizará transferencias de agua desde embalses internacionales para compensar el déficit acumulado en el ciclo actual, que concluye el 24 de octubre de 2025. Además, México se comprometió a aumentar la participación de Estados Unidos en el caudal de seis afluentes del Río Bravo hasta el final del ciclo hidrológico de cinco años, y a implementar medidas adicionales durante la próxima temporada de lluvias.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) detalló que el acuerdo incluye acciones para mitigar el faltante en las entregas y que todas las medidas están diseñadas para no afectar el abastecimiento de agua para consumo humano en México. El monitoreo y cumplimiento estará a cargo de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), en coordinación con la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
No habrá renegociación del Tratado
Tanto México como Estados Unidos coincidieron en que el Tratado de Aguas de 1944 sigue siendo benéfico para ambos países y descartaron cualquier renegociación. El acuerdo fue formalizado tras reuniones técnicas entre autoridades de ambos lados de la frontera y se prevé que, para el siguiente ciclo, se genere un plan de cumplimiento que incluya consultas anuales de alto nivel y mecanismos de seguimiento más estrictos.
Contexto y retos
El acuerdo llega después de que, el 10 de abril, Estados Unidos acusó a México de incumplir el tratado por un adeudo de agua para Texas y amenazó con nuevas medidas de presión, incluyendo aranceles. México, por su parte, enfrenta una severa crisis hídrica y ha argumentado que la sequía ha dificultado el cumplimiento total del tratado, aunque ha reiterado su compromiso con los acuerdos internacionales.
La presidenta Claudia Sheinbaum destacó que la prioridad es proteger el abastecimiento para las poblaciones mexicanas y que el tratado es flexible, permitiendo compensar déficits en el siguiente ciclo, siempre y cuando no se incumpla en dos periodos consecutivos.
Próximos pasos
El seguimiento del acuerdo estará a cargo de la sección mexicana de la CILA y de Conagua, con la meta de asegurar el cumplimiento de los compromisos y evitar futuras tensiones. Además, se buscará fortalecer la cooperación bilateral para enfrentar los desafíos de la escasez de agua y el cambio climático en la región fronteriza.
Deja una respuesta