El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha declarado firmemente que México no aceptará las deportaciones de migrantes indocumentados que pretenda realizar el gobernador de Texas, Greg Abbott, bajo la controvertida Ley SB4. Esta ley, que permite a la policía de Texas detener a personas sospechosas de ingresar de manera indocumentada, ha sido objeto de un vaivén judicial, con la Corte Suprema de Estados Unidos autorizándola brevemente antes de que una Corte federal de apelaciones la suspendiera nuevamente.
Durante su conferencia mañanera, AMLO advirtió que «no nos vamos a quedar con los brazos cruzados» frente a las acciones del gobierno de Texas, y señaló que la situación legal de la Ley SB4 aún no está definida. La postura de México, como se ha expresado desde que la medida fue discutida en Texas, es de rechazo tajante a cualquier medida que permita a autoridades estatales o locales ejercer labores de control migratorio y retornar a personas a territorio mexicano.
La Secretaría de Relaciones Exteriores, liderada por Alicia Bárcena, ha aconsejado a los mexicanos que viven en Texas acercarse a los consulados para recibir apoyo y asesoría. La Ley SB4 ha generado preocupación entre la comunidad mexicana en Texas, y el gobierno de México se ha posicionado claramente en contra de cualquier política que pueda vulnerar los derechos de los migrantes.
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