La nación mexicana enfrenta una de sus peores crisis humanitarias y de infraestructura en años, con lluvias torrenciales que han azotado a cinco estados del país, dejando un rastro de destrucción, muerte y desaparición. Hasta la noche del martes 14 de octubre de 2025, el gobierno federal confirmó un total de 66 personas fallecidas y 75 que aún permanecen desaparecidas a causa de las inundaciones catastróficas. Este desastre natural ha impactado gravemente a Veracruz, Puebla, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí, donde un estimado de 191 localidades incomunicadas claman por ayuda, evidenciando la magnitud de la emergencia y la urgencia de una respuesta coordinada.
El saldo de vidas humanas es desgarrador: Veracruz contabiliza 30 decesos, seguido por Hidalgo con 21, Puebla con 14 y Querétaro con uno, mientras que San Luis Potosí no reportó fallecidos hasta el momento de los informes. La búsqueda de las personas desaparecidas es una prioridad absoluta, con 50 casos en Hidalgo, 18 en Veracruz y 7 en Puebla, lo que subraya la angustia y la incertidumbre que viven miles de familias. Además de las pérdidas humanas, la infraestructura de comunicaciones ha sufrido daños severos, con caminos cortados y servicios básicos interrumpidos, manteniendo a miles de ciudadanos en una situación de aislamiento crítico.
La respuesta gubernamental se ha activado a través del Comité Nacional de Emergencia, presidido por la presidenta Claudia Sheinbaum, en una sesión permanente para coordinar los operativos de rescate y asistencia. La Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) ha estado detallando los avances, mientras que la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) ha desplegado un contingente de 8,249 efectivos, incluyendo personal del Ejército, la Guardia Nacional y la Fuerza Aérea Mexicana, para apoyar en las labores. Su participación es crucial para la evacuación de personas, el desazolve de viviendas y escuelas, y la distribución de recursos esenciales en las zonas más afectadas.
La Secretaría de Marina (SEMAR) ha puesto en marcha el Plan Marina y un puente marítimo estratégico con los buques ARM “Papaloapan” y ARM “Oaxaca”, sumando 419 elementos navales para llegar a municipios prioritarios como Álamo, El Higo y Poza Rica, en Veracruz. Esta operación marítima es vital para la entrega de ayuda humanitaria y el transporte de personal en áreas donde el acceso terrestre es imposible. Además, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) trabaja incansablemente en la rehabilitación de caminos y carreteras para restablecer la conectividad de las comunidades aisladas, un esfuerzo que se prevé prolongado dadas las condiciones actuales.
En los estados afectados, la instalación de refugios temporales ha sido fundamental para albergar a los damnificados. Veracruz cuenta con 52 refugios que asisten a cerca de 4,000 personas; Hidalgo tiene 46 albergues con más de 2,500 refugiados; y Puebla dispone de 7 refugios con casi 700 personas. Estos centros proporcionan un espacio seguro, alimentación y atención básica a quienes lo han perdido todo. La presidenta Sheinbaum ha asegurado que se está realizando un censo de necesidades en cada localidad aislada, garantizando el envío de despensas, agua potable y la evacuación de personas que requieren atención médica urgente a hospitales cercanos.
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