La salud mental no puede esperar: México en alerta por falta de atención y expertos

Más de mil millones de personas en el mundo viven con algún trastorno mental. Y aunque suena como una cifra lejana, en México el problema ya es urgente. La falta de especialistas, los tabúes que aún existen y el poco acceso a servicios han encendido los focos rojos. ¿Estamos preparados para atender esta crisis?

La realidad mexicana: sin suficientes manos ni ojos

Según datos de la UNAM, en México hay un déficit preocupante de psicólogos y psiquiatras, sobre todo en lo que respecta a la salud mental de adolescentes. Esto significa que hay cientos de jóvenes enfrentando ansiedad, depresión, violencia o bullying… sin quien los escuche ni los atienda.

OMS prende las alarmas

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo dijo fuerte y claro: más de mil millones de personas viven con trastornos mentales. En muchos países, incluido México, el presupuesto y la atención en salud mental es mínimo, lo que impide diagnósticos a tiempo y tratamiento adecuado.

Trabajo y salud mental: un combo delicado

El estrés laboral se ha convertido en un peligro silencioso, y según El Economista, cada vez más empresas comienzan a mirar la salud mental como una obligación de gestión, no como un “tema personal”. Burnout, ansiedad, desmotivación… la mente también va al trabajo.

El Metro también entra al quite

En la CDMX, el Sistema de Transporte Colectivo Metro y el IAPA firmaron un convenio para promover la salud mental entre usuarios, brindando información, contención emocional y espacios seguros en estaciones clave. Porque incluso en el caos del vagón, también se necesita apoyo emocional.

El IMSS también levanta la mano

El Instituto Mexicano del Seguro Social informó que más de 5 millones de consultas en el último año fueron por problemas de salud mental. Lo más común: depresión, ansiedad, consumo de sustancias y trastornos del sueño. La cifra no deja mentir: la mente también duele.

Prevención del suicidio: trabajo en equipo

La Secretaría de Salud insiste en que prevenir el suicidio es tarea de todos. Desde las escuelas hasta las familias, pasando por instituciones públicas y privadas, necesitamos hablar del tema sin miedo. Escuchar, detectar y acompañar puede salvar vidas.

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