La economía mexicana parece estar experimentando un punto de inflexión en cuanto a la inflación se refiere. Según los datos más recientes publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inflación anual se situó en 5.16% durante la primera quincena de agosto, marcando así el segundo período consecutivo de moderación. Este dato resulta especialmente significativo si se compara con el pico inflacionario observado en la primera mitad de julio, cuando alcanzó el 5.61% anual.
La tendencia a la baja se hace evidente al analizar la evolución reciente de los precios. Tras el máximo registrado en julio, la inflación experimentó una desaceleración al 5.52% en la segunda quincena de ese mes, para luego descender hasta el 5.16% actual. Esta cifra ha sorprendido positivamente a los analistas, quienes, según la encuesta de Citibanamex, pronosticaban una inflación del 5.33% anual para este período.
Un dato particularmente llamativo es la caída del 0.03% en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) en su comparación quincenal. Este es el primer dato negativo para una primera quincena de agosto desde 2021, contrastando notablemente con los incrementos observados en años anteriores: 0.42% en 2022 y 0.32% en 2023. La expectativa del mercado apuntaba a un incremento del 0.13%, lo que subraya la magnitud de esta sorpresa positiva.
Esta moderación en los precios se produce en un contexto de política monetaria interesante. El Banco de México (Banxico) recientemente ajustó su tasa de interés del 11.00% al 10.75%, lo que podría interpretarse como el inicio de una serie de recortes consecutivos. La continua desaceleración de la inflación podría abrir la puerta a más reducciones en la tasa de interés, lo que tendría implicaciones significativas para la economía en su conjunto.
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