Este domingo, la plancha del Zócalo de la Ciudad de México y las principales plazas de los 31 estados del país se convirtieron en el gimnasio más grande del mundo, al sumar cerca de un millón de personas en la Clase Nacional de Boxeo. Este evento masivo tuvo como objetivo fomentar la actividad física, promover la paz y combatir las adicciones a través del deporte.
En la Ciudad de México, la presidenta Claudia Sheinbaum encabezó el evento junto a figuras icónicas del boxeo como Óscar de la Hoya, Roberto “Mano de Piedra” Durán, y el presidente del Consejo Mundial de Boxeo, Mauricio Sulaimán. También estuvieron presentes la jefa de Gobierno capitalina, Clara Brugada, y el director de Promoción al Deporte y Bienestar, Miguel Torruco. Desde temprano, el Zócalo se llenó de entusiastas deportistas que siguieron las instrucciones de los campeones desde el templete principal.
Durante la clase, los asistentes realizaron movimientos básicos del boxeo como el uno-dos, ganchos, uppers y desplazamientos. A pesar del cansancio que algunos mostraron, lograron completar la sesión hasta el último round. El evento no solo destacó por su magnitud, sino también por su mensaje: fomentar valores como el respeto, la inclusión y la armonía a través del deporte.
El impacto no se limitó a la Ciudad de México; plazas en todo el país replicaron esta iniciativa, convirtiendo al boxeo en un símbolo nacional de unidad y bienestar. La práctica deportiva se consolidó como una herramienta para mejorar la salud física y mental, además de ser un vehículo para promover la paz en cada rincón del país.
Al finalizar, los organizadores celebraron el éxito del evento y agradecieron a los participantes por sumarse a esta jornada histórica. «El deporte tiene el poder de transformar vidas y unirnos como sociedad», destacó Mauricio Sulaimán.
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