La inflación en México mantuvo su tendencia al alza y alcanzó un nivel de 4.51% en junio de 2025, según el reporte más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Durante la primera quincena del mes, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un aumento de 0.10% respecto a la quincena anterior, lo que refleja una presión continua en los precios que afecta directamente el poder adquisitivo de los mexicanos.
Este incremento en la inflación es significativo porque supera el nivel registrado en mayo, que fue de 4.42%, y también es mayor al 4.21% con el que cerró el año pasado. La persistencia de la inflación fuera del rango meta del Banco de México, que es de entre 3% y 4%, evidencia que la estabilidad en los precios aún se encuentra distante y que la economía mexicana enfrenta un escenario de ajustes constantes en los costos de vida.
El aumento de la inflación durante estos primeros 15 días de junio se debe principalmente al encarecimiento de servicios y alimentos. Entre los productos y servicios que más aumentaron destacan la vivienda propia, que subió 0.17%, y el transporte aéreo, que se disparó un 9.87% en comparación con la quincena anterior. Otros rubros como las loncherías, fondas, torterías y taquerías también registraron un alza de 0.41%. Asimismo, items esenciales para la dieta de los mexicanos, como la carne de res y la carne de cerdo, mostraron incrementos significativos en sus precios.
Desde la perspectiva del índice de precios subyacente —que refleja los precios de mercancías y servicios ajustados para eliminar la volatilidad de los alimentos y energéticos—, hubo un aumento de 0.22% en la quincena. En particular, los precios de las mercancías subieron 0.19% y los de servicios 0.25%, evidenciando que tanto los bienes como los servicios siguen encareciéndose.
Por otro lado, el índice de precios no subyacente presentó una disminución de 0.29% en la quincena, lo que se explica por la baja en los precios de frutas y verduras (-1.72%) y de energéticos (-0.23%). Aunque estos retrocesos ofrecen un alivio temporal, el impacto no es suficiente para contrarrestar el aumento general de la inflación.
Este panorama se ve agravado por la dificultad creciente para que las familias mexicanas accedan a la vivienda, debido a que el encarecimiento de este rubro es persistente, sumándose a la presión en otros sectores clave de la economía.
Frente a esta situación, el Banco de México se mantiene vigilante y se anticipa un posible recorte de 50 puntos base en la tasa de interés para llevarla a un nivel cercano al 8%, en un intento por equilibrar la economía y promover un ambiente favorable para el control de la inflación. Sin embargo, la meta oficial de mantener la inflación en 3% aún parece lejana, y se espera que la desaceleración de la inflación sea gradual a lo largo del año, sin cambios abruptos.
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