El peso mexicano comenzó 2024 con una cotización de 16.97 por dólar, marcando su mejor inicio de año desde 2015. Esta apreciación se atribuye a la diferencia en las tasas de referencia entre Estados Unidos y México, propiciando un fenómeno financiero conocido como ‘carry trade’.
Factores como finanzas públicas sanas, el nearshoring, y la expectativa de una reducción en la tasa de referencia de la Reserva Federal de EE.UU. también han contribuido. Sin embargo, la fortaleza del peso presenta desafíos para sectores como remesas y exportaciones. A lo largo del 2023, la Inversión Extranjera Directa (IED) favoreció al peso, y se espera que este se mantenga fuerte, potencialmente llegando a 16.5 unidades por dólar. Las próximas elecciones en México y EE.UU. y el T-MEC son factores clave que podrían influir en su cotización. México también se consolidó como el principal socio comercial de EE.UU. con un comercio récord, y la Secretaría de Economía reportó un histórico aumento en la IED.
El peso mexicano ha demostrado una fortaleza notable al inicio de 2024, impulsado por una serie de factores económicos y políticos tanto a nivel nacional como internacional. La apreciación de la moneda se ha visto influenciada por la política monetaria de Estados Unidos, particularmente en relación con las tasas de interés. La Reserva Federal de EE.UU. ha enviado señales de posibles reducciones en su tasa de referencia, lo que ha contribuido a la fortaleza del peso. Adicionalmente, la diferencia en las tasas de interés entre EE.UU. y México ha fomentado el ‘carry trade’, donde los inversores buscan obtener ganancias de las diferencias en estas tasas.
A nivel interno, México ha experimentado una serie de cambios económicos positivos. El nearshoring, que se refiere al traslado de empresas de producción desde Asia a países más cercanos a Estados Unidos como México, ha sido un factor crucial. Este fenómeno ha fortalecido la economía mexicana al atraer más inversión extranjera y aumentar la producción y exportación. Además, la estabilidad en las finanzas públicas y una gestión económica efectiva han sido aspectos clave.
Sin embargo, hay desafíos que enfrentar. La fortaleza del peso puede afectar negativamente a sectores dependientes de las remesas y las exportaciones, ya que reduce el valor de los ingresos cuando se convierten a pesos. Además, el contexto político, particularmente las elecciones en México y Estados Unidos, así como las negociaciones y revisiones del T-MEC, podrían influir en la estabilidad y la trayectoria futura del peso mexicano.
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