Cada 16 de octubre, el planeta se une para conmemorar el Día Mundial de la Alimentación, una fecha que va más allá de llenar el plato: se trata de hablar de derechos, justicia social, medio ambiente y futuro. ¿Y sabes qué? México tiene mucho qué decir (¡y qué sembrar!) en esta conversación global.
¿Qué se conmemora el 16 de octubre?
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) declaró esta fecha en honor a su fundación en 1945. Cada año se elige un tema urgente, y en 2025 el lema es: “El agua es vida, el agua nutre. No dejar a nadie atrás”, destacando el papel del agua en la producción de alimentos y en la seguridad alimentaria.
México: gigante agroalimentario
Aunque solemos pensar en tacos, mole y pozole cuando hablamos de comida mexicana (y con justa razón), lo cierto es que México también es una potencia agroalimentaria. Ocupa el noveno lugar mundial en exportación de alimentos y produce más de 260 millones de toneladas de productos agropecuarios y pesqueros cada año.
¿Y entonces por qué hay hambre?
La gran paradoja es esta: producimos mucho, pero no todos comen bien. En nuestro país, uno de cada cuatro hogares enfrenta inseguridad alimentaria, y miles de familias rurales luchan por acceder a alimentos frescos, agua limpia y servicios básicos. Aquí es donde el Día Mundial de la Alimentación nos pone frente al espejo.
No se trata solo de comida, sino de derechos
Hablar de alimentación también es hablar de pueblos originarios, mujeres campesinas, jóvenes rurales y pequeños productores que sostienen la cadena alimentaria, muchas veces con condiciones precarias y sin acceso a programas de apoyo reales. La alimentación es un derecho humano, y debe garantizarse sin distinción.
El papel del agua en todo esto
La FAO insiste este año en que sin agua, no hay alimentos. Y es un llamado urgente: con sequías, sobreexplotación de mantos acuíferos y contaminación, la disponibilidad de agua para riego y consumo está en crisis. En México, el reto hídrico es también un reto alimentario.
¿Qué podemos hacer desde la ciudad?
Aunque vivamos en la CDMX, también podemos ser parte del cambio. Comprar a productores locales, reducir el desperdicio de alimentos, cuidar el agua y exigir políticas públicas que protejan el campo mexicano son acciones clave. ¡La soberanía alimentaria también se construye desde la banqueta!
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