La historia de los derechos laborales en México es un relato de lucha y progreso que se extiende a lo largo de más de un siglo. Desde el reconocimiento del derecho a huelga y a organizarse en la Constitución de 1917, hasta las reformas modernas que aseguran un voto personal, libre, directo y secreto en los sindicatos, cada hito refleja un paso adelante en la búsqueda de condiciones laborales justas.
En 1917, en el contexto revolucionario, Venustiano Carranza incorporó en la Constitución mexicana derechos sociales fundamentales, marcando un precedente mundial. Diez años más tarde, en 1927, Plutarco Elías Calles fortaleció este marco legal con la creación de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje. La consolidación de estos derechos continuó en 1931 con la Ley Federal de Trabajo, que detalló la formación de sindicatos y los requisitos para convocar a huelgas.
El avance no se detuvo ahí. En 1995, se estableció la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI), garantizando un salario mínimo a nivel nacional. Más recientemente, en 2019, se reformó la Ley Federal del Trabajo para promover la democracia sindical, asegurando que el voto de los trabajadores sea libre y secreto.
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