La crisis sanitaria por el gusano barrenador ha provocado un nuevo desencuentro comercial entre México y Estados Unidos. Desde este domingo, el gobierno estadounidense cerró su frontera durante 15 días a la importación de ganado en pie, caballos y bisontes vivos provenientes de México, una medida que busca frenar la propagación de esta devastadora plaga y que ya genera pérdidas millonarias para el sector ganadero nacional.
La decisión fue anunciada por la secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, quien advirtió que la última vez que el gusano barrenador invadió su país, la recuperación tomó tres décadas. El secretario de Agricultura de México, Julio Berdegué, confirmó que fue notificado de la medida unilateral y expresó el desacuerdo del gobierno mexicano, aunque confió en que en el corto plazo se pueda llegar a un acuerdo para reabrir el comercio fronterizo.
El impacto económico es inmediato y severo. Según estimaciones del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), México pierde entre 3 y 5 millones de dólares diarios por la suspensión, afectando principalmente a productores de Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas y Durango. El año pasado, México exportó más de 1.27 millones de cabezas de ganado a Estados Unidos, con un valor de mil 300 millones de dólares. Ahora, los animales que no cruzan la frontera deben venderse en el mercado nacional a menor precio, lo que golpea los ingresos de los ganaderos y encarece la carne de res en el país.
El brote del gusano barrenador, detectado en el sureste mexicano desde noviembre de 2024, ha encendido las alertas sanitarias de ambos países. Aunque México ha implementado medidas de verificación y contención, especialistas advierten que se requiere reforzar al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) y adoptar estrategias binacionales más intensas, como la dispersión de moscas estériles para erradicar la plaga.
El cierre fronterizo no solo afecta a los productores, sino que también tiene consecuencias sociales y laborales, con la pérdida de empleos y reducción de ingresos en el norte del país. Ganaderos y autoridades mexicanas insisten en que la medida de Estados Unidos es preventiva, ya que no se han detectado casos de gusano barrenador en los estados exportadores, y llaman a reforzar la cooperación binacional para evitar daños mayores a la industria.
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