En Los Reyes La Paz, Estado de México, la tragedia tocó la puerta de una familia humilde: el pequeño Fernando, conocido como “Fernandito”, fue secuestrado por unos prestamistas a quienes su madre les debía mil pesos. El 28 de julio de 2025, Carlos “N”, Ana Lilia “N” y Lilia “N” se presentaron en la vivienda de la madre de Fernando para exigir el pago. Al no obtener respuesta, tomaron al niño como “garantía”; la promesa era devolverlo cuando se saldara la deuda.
Siete días de horror y negligencia
Durante una semana, la madre de Fernando buscó ayuda en dos agencias del Ministerio Público y recorrió incansablemente la casa donde tenían a su hijo, pero los agresores la intimidaron y jamás le permitieron verlo. La familia enfrentaba condiciones precarias y apenas recibía apoyo institucional. La desesperación crecía, mientras la negligencia hacía eco en las autoridades locales.
El hallazgo desgarrador
El 4 de agosto de 2025, la denuncia formal permitió a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, junto con la Secretaría de Marina y la Policía Municipal, ingresar al domicilio señalado en la colonia Ejidal El Pino. Allí encontraron a Fernandito sin vida, oculto dentro de un costal, en avanzado estado de descomposición. El caso conmocionó a la comunidad por la brutalidad y el intento de ocultamiento por parte de los agresores.
Autopsia y dolor familiar
Los resultados forenses revelaron múltiples traumatismos en la cabeza y rostro de Fernando, golpeados presuntamente con un martillo. Además, no había recibido alimento ni agua durante días, y las lesiones lo dejaron irreconocible para sus familiares, quienes debieron recurrir a pruebas de ADN para confirmar su identidad. La causa oficial de muerte fue una fractura craneoencefálica, resultado de un impacto contundente.
La primera audiencia: justicia en marcha
Carlos “N”, Ana Lilia “N” y Lilia “N” fueron detenidos de inmediato y trasladados al Centro Penitenciario y de Reinserción Social de Nezahualcóyotl. Este 8 de agosto enfrentan su primera audiencia, acusados de desaparición de persona y homicidio —con la expectativa de que se esclarezca el rol de cada uno y la posible participación de terceros residentes en el inmueble.
Una comunidad indignada y en duelo
El funeral de Fernandito, realizado en una modesta carpa sobre el camino de terracería, reunió a familiares y vecinos en un ambiente marcado por la ira y el dolor. Amigas, conocidos y defensores de derechos humanos instalaron memoriales, marcharon y llenaron el lugar de flores y veladoras, exigiendo castigo ejemplar para los responsables y acompañamiento psicológico para la madre del menor.
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