En un revés inesperado para el mercado, el Banco de México (Banxico) decidió recortar su tasa de interés en 25 puntos base, situándola en 10.75 por ciento. Esta decisión fue anunciada en su comunicado de política monetaria, donde la Junta de Gobierno explicó que, aunque el panorama inflacionario aún requiere una postura restrictiva, la evolución observada sugiere que es adecuado reducir el grado de apretamiento monetario.
La decisión ha sido objeto de críticas por parte de analistas, como Gabriela Siller, directora de Análisis Económico en Grupo Financiero BASE, quien calificó la medida como «un error que podría costarle al Banco de México su reputación». Esto se debe a que Banxico también ha elevado su expectativa de inflación al 4.4% en el último trimestre del año. «No tiene sentido que esperen una mayor inflación y recorten la tasa de interés», cuestionó Siller.
La decisión de recortar la tasa fue dividida dentro de la Junta de Gobierno. Jonathan Heath e Irene Espinosa votaron por mantener la tasa sin cambios en 11.00 por ciento, mientras que Galia Borja, Omar Mejía y la gobernadora Victoria Rodríguez votaron a favor de reducirla a 10.75%. Esta decisión se tomó a pesar de que la Encuesta Citibanamex de Expectativas indicaba que la mayoría de los analistas esperaban el recorte para la reunión del 26 de septiembre.
Banxico justificó su decisión señalando que, aunque el entorno inflacionario sigue siendo complejo, se prevé que los choques globales continúen desvaneciéndose y que los efectos de la debilidad económica se disipen en los próximos trimestres. Sin embargo, la Junta del Banxico alertó sobre los riesgos de una mayor depreciación del peso frente al dólar y las posibles afectaciones climáticas y geopolíticas que podrían influir en la inflación.
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