La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) aplicó un tercer recorte consecutivo en la tasa de interés, reduciéndola en un cuarto de punto porcentual, lo que llevó el rédito a un nivel de 10.25%. Esta decisión, tomada de manera unánime, marca un ajuste acumulado de 100 puntos base desde marzo de este año, cuando la tasa alcanzó su máximo de 11.25%. Este ciclo de flexibilización refleja los esfuerzos del banco central por moderar la política monetaria restrictiva que ha prevalecido en los últimos meses.
En su comunicado, Banxico ajustó a la baja sus pronósticos de inflación para el cierre de 2024, pasando del 5.1% estimado en septiembre al 5% actual. Sin embargo, elevaron sus previsiones inflacionarias para el primer y segundo trimestre de 2025, debido a los efectos persistentes de los choques de oferta. A pesar de estos ajustes, el banco central mantiene su expectativa de que la inflación alcanzará su objetivo puntual en el cuarto trimestre del próximo año.
A pesar del recorte en la tasa, Banxico advirtió que el balance de riesgos para la inflación sigue estando sesgado al alza, lo que justifica mantener una postura monetaria restrictiva. No obstante, reconocieron que la evolución reciente del panorama inflacionario ha permitido reducir gradualmente el grado de apretamiento monetario.
En cuanto a las acciones futuras, Banxico anticipó que el entorno inflacionario podría permitir ajustes adicionales a la tasa de referencia. Estos movimientos dependerán de cómo continúen desvaneciéndose los choques globales y cómo evolucione la actividad económica en México.
El banco central subrayó que el impacto completo de la política monetaria restrictiva se reflejará en la economía dentro de un horizonte de ocho trimestres, es decir, aproximadamente dos años. Esto implica que los efectos más palpables del ciclo restrictivo iniciado en octubre de 2022 comenzarán a observarse a partir de ahora.
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