La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) anunció la decisión de mantener sin cambios la tasa de referencia en 11%, una decisión que era ampliamente esperada por los mercados financieros. Esta decisión se produce en un contexto de repunte inflacionario, con la inflación alcanzando el 4.78% en la primera quincena de junio, un factor decisivo para los economistas de Banxico.
El tipo de cambio se mantuvo estable alrededor de los 18.40 pesos por dólar tras el anuncio, reflejando la confianza de los mercados en la política monetaria del banco central. En su comunicado, Banxico señaló que, si bien hubo una depreciación inicial del peso tras el triunfo de Claudia Sheinbaum y por temores a posibles reformas constitucionales, «más recientemente los mercados nacionales han presentado un mejor comportamiento».
Un aspecto importante del mensaje de Banxico es la señal de que el riesgo inflacionario por la depreciación del peso se contrarresta con la desaceleración económica. Esto sugiere que el banco central podría estar considerando recortes en la tasa de interés en los próximos meses, aunque por ahora ha optado por la cautela ante el reciente repunte inflacionario.
El banco central destacó en su comunicado que «Si bien la depreciación de la moneda nacional influye al alza en el pronóstico de inflación, sus efectos se ven en parte contrarrestados por los correspondientes a la mayor debilidad de la actividad económica». Esta declaración refleja el delicado equilibrio que Banxico está tratando de mantener entre controlar la inflación y no frenar demasiado el crecimiento económico.
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