La Cámara de Diputados aprobó este martes, por unanimidad con 477 votos a favor, una reforma constitucional que prohíbe el nepotismo electoral en México, pero con una importante condición: la medida entrará en vigor hasta la elección federal de 2030, y no en 2027 como originalmente propuso la presidenta Claudia Sheinbaum.
La reforma también establece la prohibición total de la reelección para diputados federales, senadores, diputados locales, presidentes municipales, regidores y síndicos. Sin embargo, el debate se centró principalmente en la prohibición del nepotismo, tema que generó fuertes críticas por parte de la oposición.
Aunque todos los partidos votaron a favor, legisladores opositores calificaron la reforma como una «simulación» que no combate realmente el problema del nepotismo político. Abigail Arredondo, diputada del PRI, retó a Morena y sus aliados a trabajar en una reforma electoral integral que incluya temas pendientes como la segunda vuelta presidencial, prohibir la sobrerrepresentación y acabar con el «chapulineo» político.
«La política no debe heredarse como si fuera una empresa familiar», advirtió Armando Tejeda del PAN. «Si realmente queremos erradicar la corrupción, debemos poner fin al tráfico de influencias desde el proceso electoral inmediato», agregó. Tejeda puso ejemplos específicos como Zacatecas, Guerrero y San Luis Potosí, donde familias enteras han ocupado cargos públicos consecutivamente.
Por su parte, Gabriela Jiménez, vicecoordinadora de Morena en San Lázaro, defendió la reforma asegurando que «en la cuarta transformación no hay espacio para el abuso del poder ni el clientelismo familiar». Sin embargo, la oposición insistió en que postergar esta medida hasta 2030 solo beneficia intereses políticos inmediatos y no resuelve los problemas estructurales del sistema electoral mexicano.
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