El 17 de octubre de 1953, México marcó un hito en la lucha por la igualdad de género al promulgar la reforma constitucional que otorgó a las mujeres el derecho al voto y a ser votadas en elecciones federales. Este avance fue el resultado de décadas de esfuerzo y organización por parte de mujeres valientes que, desde finales del siglo XIX, comenzaron a alzar la voz en favor del sufragio femenino. Figuras como Laureana Wright y Hermila Galindo fueron pioneras en esta lucha, pero fue tras la Revolución Mexicana cuando el movimiento cobró mayor fuerza, con líderes como Elvia Carrillo Puerto, quien se convirtió en una de las primeras diputadas locales en Yucatán en 1923.
La demanda por el sufragio femenino continuó a lo largo de los años 30, con peticiones formales al Congreso que exigían la plena participación política de las mujeres. Sin embargo, no fue sino hasta la presidencia de Adolfo Ruiz Cortines que se concretó este derecho. En 1953, se aprobaron reformas a los artículos 34 y 115 de la Constitución, permitiendo que las mujeres no solo votaran, sino que también pudieran ser electas para cargos públicos. Este triunfo legal fue posible gracias a la perseverancia de organizaciones feministas y activistas que buscaban no solo la equidad política, sino también el reconocimiento del papel fundamental de la mujer en la sociedad mexicana.
La primera vez que las mujeres ejercieron su derecho al voto en elecciones federales fue en 1955, lo que representó un cambio radical en la historia democrática del país. El decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación no solo reconoció los derechos ciudadanos de las mujeres, sino que también abrió nuevas oportunidades para su participación activa en la vida política. Este acontecimiento fue un símbolo del progreso social y un paso crucial hacia la igualdad de género en México.
A lo largo de los años, el movimiento por los derechos políticos de las mujeres continuó avanzando. En 2007 se promulgó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, mientras que en 2019 se garantizó que al menos el 50% de los cargos políticos fueran ocupados por mujeres. Estos cambios reflejan un compromiso continuo con la igualdad y han permitido que más voces femeninas sean escuchadas en todos los niveles del gobierno.
El camino hacia la igualdad no ha sido fácil, pero ha sido significativo. La elección de Claudia Sheinbaum como presidenta en 2024 es un testimonio del impacto duradero que ha tenido esta lucha. Conmemorar el aniversario del voto femenino es recordar el esfuerzo colectivo de muchas mujeres que trabajaron incansablemente por este derecho y es fundamental para inspirar a las nuevas generaciones a continuar impulsando la igualdad de género en todos los ámbitos.
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