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Voto femenino en México
  • El 6 de abril de 1953 se publicó la reforma que reconocía los derechos políticos de las mujeres.
  • Un triunfo de generaciones de feministas, maestras y obreras que no dejaron de exigir justicia.

La historia del voto femenino en México no comienza ni termina en 1953, pero ese año marcó un antes y un después. Fue el 6 de abril cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Reforma Constitucional que reconoció por primera vez el derecho de las mujeres mexicanas a votar y ser electas en elecciones federales.

No fue un regalo ni una concesión. Fue el resultado de décadas de lucha encabezadas por mujeres valientes, muchas de las cuales fueron invisibilizadas durante mucho tiempo. Maestras rurales, sufragistas, intelectuales, periodistas y trabajadores que exigieron lo mismo que cualquier ciudadano: participar en las decisiones del país.

¿Qué se reconoce exactamente?

La reforma al artículo 34 de la Constitución eliminó el lenguaje que excluía explícitamente a las mujeres del ejercicio de derechos políticos. Por primera vez en la historia de México, las mujeres eran ciudadanas plenas ante la ley, con derecho a votar y ser votadas.

¿Quién impulsó esta victoria?

Aunque fueron muchos, algunos nombres resuenan con fuerza:

  • Elvia Carrillo Puerto , primera diputada local en 1923 y luchadora incansable por los derechos de las mujeres en Yucatán.
  • Hermila Galindo , escritora, periodista y feminista pionera que desde 1916 exigía el sufragio femenino.
  • Amalia González Caballero , embajadora y senadora, defensora de la participación política femenina en la posguerra.

Ellas, y muchas más, allanaron el camino para que generaciones futuras tuvieran acceso a los espacios de representación.

¿Y hoy qué?

Hoy México presume leyes de paridad de género y ha visto llegar a mujeres a cargos que antes parecían imposibles. Sin embargo, la participación real y libre de las mujeres en política aún enfrenta obstáculos: violencia política de género, simulación de candidaturas, exclusión en comunidades indígenas y falta de agendas con perspectiva feminista.

El voto se conquistó. Pero el poder aún se disputa.

  • La democracia no se entiende sin mujeres: su voz, su voto y su resistencia

En Diario Patria , lo recordamos y lo gritamos: ¡no fue regalo, fue lucha!

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