Hoy se conmemora el 235 aniversario del natalicio de Leona Vicario, una de las figuras femeninas más destacadas de la Independencia de México. María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, mejor conocida como Leona Vicario, nació el 10 de abril de 1789 en la Ciudad de México. Hija de un comerciante español y una criolla, Leona recibió una educación ejemplar poco común para las mujeres de la época.
A través de sus estudios y lecturas, desarrolló un gran sentido crítico y se involucró en el periodismo, publicando en diarios como El Semanario Patriótico Americano y El Ilustrador Americano. Fue en este último donde los insurgentes notaron su trabajo y se pusieron en contacto con ella.
Cuando estalló la Guerra de Independencia, Leona Vicario se unió al movimiento, proporcionando información y recursos desde la capital. En 1813 se casó con Andrés Quintana Roo, destacado insurgente, y juntos continuaron la lucha por la libertad.
En 1817, tras el fusilamiento de Morelos, Leona dio a luz a su primera hija en una cueva cerca de Tlatlaya, Guerrero. Un año después, la familia fue delatada y separada por la fuerza. A pesar de las adversidades, Leona Vicario nunca abandonó sus ideales y siguió apoyando la causa hasta el final de sus días.
Falleció el 21 de agosto de 1842 en la Ciudad de México, dejando un legado de valentía y compromiso con la patria. En 1842 fue declarada Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria, un título que reconoce su invaluable contribución a la Independencia de México.
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