En un hecho histórico, Claudia Sheinbaum ha sido elegida como la primera mujer presidenta de México, marcando un hito en la política del país. Con un respaldo de más de 33 millones de votos, Sheinbaum no solo supera a su predecesor Andrés Manuel López Obrador en términos de legitimidad, sino que también simboliza un cambio significativo en la representación femenina en el poder.
La victoria de Sheinbaum se suma a la creciente presencia de mujeres en posiciones clave del gobierno mexicano. Ana Lilia Rivera, presidenta del Senado, y Marcela Guerra, presidenta de la Cámara de Diputados, han destacado la importancia de la participación política de las mujeres y la lucha por la igualdad de género. Además, Guadalupe Taddei, presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), ha jugado un papel crucial en la organización de las elecciones, asegurando la transparencia y la legitimidad del proceso.
En el ámbito judicial, Norma Piña se desempeña como ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), consolidando aún más la presencia femenina en los altos mandos del país. Este avance se refleja también en el ámbito estatal, donde varias mujeres han sido electas como gobernadoras, incluyendo a Clara Brugada en Ciudad de México, Libia García en Guanajuato, Margarita González en Morelos, y Rocío Nahle en Veracruz, que se unen a las siguientes mandatarias estatales:
- Aguascalientes – Teresa Jiménez
- Baja California – Marina del Pilar Ávila
- Campeche – Layda Sansores
- Chihuahua – Maru Campos
- Colima – Índira Vizcaína
- Guerrero – Evelyn Salgado
- Estado de México – Delfina Gómez
- Quintana Roo – Mara Lezama
- Tlaxcala – Lorena Cuéllar
Este ascenso femenino en la toma de decisiones no solo representa un avance en términos de igualdad de género, sino que también promete un enfoque renovado en políticas públicas que aborden la violencia de género, la brecha salarial y la inclusión social. La «Ley 3 de 3», que prohíbe a personas con antecedentes de violencia familiar, sexual o deudores alimentarios ocupar cargos públicos, es un ejemplo de las reformas impulsadas para proteger los derechos de las mujeres.
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