Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la tasa de fecundidad de las mujeres mexicanas y los embarazos adolescentes han disminuido en los últimos años, aunque persisten retos significativos en esta materia.
La Tasa Específica de Fecundidad de Adolescentes (TEFA) en México se ubicó en 60.3 nacimientos por cada 1,000 adolescentes en 2023, lo que representa una reducción del 16.7% respecto a 2015, cuando era de 72.4 por cada 1,000. Esta disminución implicó evitar aproximadamente 356,551 nacimientos en adolescentes de 15 a 19 años entre 2015 y 2023.
A pesar de estos avances, el embarazo adolescente sigue siendo una de las violaciones más profundas a los derechos de las infancias y uno de los desafíos más persistentes en México y América Latina. En 2021, ocurrieron 147,279 nacimientos en adolescentes de 15 a 19 años y 3,019 en niñas menores de 15 años en el país.
Las entidades con las mayores tasas de fecundidad adolescente en 2023 fueron Chiapas (81.7 nacimientos por cada 1,000 mujeres de 15 a 19 años), Tlaxcala (69.6) y Zacatecas (68.8), mientras que la menor se presentó en la Ciudad de México (47.1).
La Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA) 2021-2024 busca instrumentar acciones integrales para incidir en la prevención de embarazos en la segunda década de vida, a partir de ejes como perspectiva de género, curso de vida, derechos sexuales y reproductivos, entre otros.
Expertos señalan que el embarazo adolescente tiende a profundizar vulnerabilidades preexistentes, crear nuevas y sumar obstáculos en el desarrollo personal, educativo, profesional y social de las mujeres. Por ello, aunque hay progresos, aún se requieren esfuerzos para seguir abatiendo este fenómeno que vulnera los derechos de niñas y adolescentes en México.
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