Un escándalo de espionaje deportivo ha estallado en el torneo de fútbol femenil de los Juegos Olímpicos de París 2024, involucrando a las selecciones de Canadá y Nueva Zelanda. El incidente ocurrió cuando un miembro no acreditado del equipo canadiense fue sorprendido utilizando un dron para grabar el entrenamiento del equipo neozelandés en Saint-Étienne, Francia.
El Comité Olímpico Canadiense (COC) ha tomado medidas inmediatas, sancionando a dos miembros de su delegación. Joseph Lombardi, analista no acreditado, y Jasmine Mander, entrenadora asistente, han sido retirados del Equipo Olímpico Canadiense y serán enviados de vuelta a su país. Además, la seleccionadora Bev Priestman ha decidido no dirigir el próximo partido como gesto de responsabilidad.
El COC ha emitido una disculpa oficial, expresando su conmoción y decepción ante lo sucedido. Este incidente ha generado una investigación por parte del Comité Olímpico Internacional (COI) y la FIFA, poniendo en tela de juicio los valores del juego limpio que deben prevalecer en el deporte olímpico.
La polémica surge justo antes del enfrentamiento entre ambas selecciones, programado para el 25 de julio en la primera jornada de la fase de grupos. Este hecho ha ensombrecido el inicio del torneo y ha puesto en entredicho la ética deportiva de la selección canadiense, actual campeona olímpica.
El incidente ha generado un intenso debate sobre la integridad en el deporte y las consecuencias del uso indebido de la tecnología en la competición de alto nivel. Se espera que este caso sirva como precedente para reforzar las medidas de seguridad y fair play en futuros eventos deportivos internacionales.
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