Washington eleva la tensión al pedir rendición total de Irán

En el quinto día del conflicto entre Israel e Irán, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elevó el tono al pedir la “rendición incondicional” de la república islámica, aunque aclaró que no tiene intención de “matar” al líder supremo iraní, al menos “por ahora”. Sus declaraciones, cargadas de amenazas y advertencias, mantienen en vilo a la comunidad internacional y generan incertidumbre sobre el rumbo de la crisis en Medio Oriente.

Ayer, Trump reunió durante más de una hora al Consejo de Seguridad Nacional en la Casa Blanca para analizar el conflicto, un encuentro que, según fuentes oficiales, habría motivado su salida repentina de la cumbre del G7 en Canadá. Antes de la reunión, el mandatario publicó varios mensajes en su red social, donde destacó: “¡RENDICIÓN INCONDICIONAL!” y advirtió que “sabemos exactamente dónde se esconde el llamado ‘Líder Supremo’. Es un blanco fácil, pero está seguro allí. No vamos a sacarlo (¡matarlo!), al menos no por ahora”.

Mientras tanto, las posturas internacionales comienzan a definirse. El canciller alemán, Friedrich Merz, sorprendió al declarar que “Israel está haciendo el trabajo sucio por todos nosotros” en Irán, y aseguró que el régimen clerical iraní ha traído “muerte y destrucción al mundo”. Merz también sugirió que los recientes ataques han debilitado considerablemente al régimen, y que el futuro del país es incierto.

La tensión se incrementó cuando Trump aseguró que Estados Unidos “controla completamente el espacio aéreo iraní” y su vicepresidente, JD Vance, advirtió que Washington podría tomar “medidas adicionales” contra el programa nuclear iraní. En medio de la incertidumbre, el presidente estadounidense insiste en buscar “un verdadero final, y no un alto el fuego”, mientras que sus mensajes, a menudo contradictorios, agravan la confusión global sobre la estrategia de Washington.

Desde el G7 en Canadá, los líderes de las principales potencias mundiales pidieron una “resolución de la crisis iraní” que conduzca a una desescalada en la región, aunque respaldaron el derecho de Israel a defenderse. Por su parte, el presidente de China, Xi Jinping, expresó su “profunda preocupación” por las consecuencias de la ofensiva israelí y reiteró que China se opone a cualquier acción que atente contra la soberanía de otros países. 

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