Trump impone aranceles del 50% a Brasil; Lula promete defender la soberanía

El pasado 30 de julio de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que establece un arancel del 50% a las importaciones provenientes de Brasil, especialmente sobre el cobre y productos derivados, que entrará en vigor el 1 de agosto. Esta medida representa un incremento del 40% adicional a los aranceles ya vigentes, sumando un gravamen total del 50% con el argumento de proteger la seguridad nacional estadounidense frente a amenazas consideradas extraordinarias y para contrarrestar supuestas prácticas comerciales desleales del gobierno brasileño.

La imposición de estos aranceles afecta a sectores estratégicos de la economía brasileña como la minería, el acero y la agricultura, que dependen en gran medida del intercambio comercial con Estados Unidos. Aunque existen excepciones para algunos productos esenciales como jugo de naranja, fertilizantes y metales preciosos, otros bienes importantes como el café y productos derivados del cobre se ven gravados con esta tarifa adicional, lo que podría encarecer producciones tanto en Brasil como en Estados Unidos, impactando además a consumidores globales.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha respondido a esta decisión con una firme promesa de defender la soberanía del pueblo brasileño, rechazando las acusaciones y sanciones impuestas por Washington. Lula insistió en que estas medidas representan un ataque directo a la economía y autonomía brasileñas y llamó al diálogo internacional para resolver las diferencias, aunque hasta ahora no se han logrado acuerdos que modifiquen o suspendan los aranceles.

Además de Brasil, Trump anunció este mismo día que se aplicarán aranceles globales del 50% a la importación de cobre, con la excepción de países como Chile que exportan el metal en su forma de cátodos. También se impusieron restricciones a envíos de bajo costo a Estados Unidos, eliminando la exención para paquetes cuyo valor no supera los 800 dólares, argumentando la necesidad de mayor control para evitar riesgos en la salud, seguridad nacional y economía.

Estas acciones se inscriben en un contexto más amplio de tensiones comerciales y políticas entre Estados Unidos y sus socios comerciales. Trump complementó las medidas con un acuerdo comercial con Corea del Sur, que incluye aranceles específicos y compromisos de inversión, como parte de su estrategia para reforzar la posición económica estadounidense en el mundo.

El impacto económico y político de los aranceles impuestos a Brasil se observa no solo en la inmediatez de la respuesta del gobierno brasileño, sino también en las posibles repercusiones sobre el comercio internacional y las alianzas estratégicas en América Latina. La evolución de esta disputa definirá en gran medida las relaciones bilaterales entre Washington y Brasil, así como la dinámica del comercio global en sectores clave como el cobre y la agroindustria.

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