Donald Trump ha designado a Tom Homan como el nuevo «zar de las fronteras» en un movimiento que señala su intención de mantener una política migratoria de línea dura en su segundo mandato. El anuncio, realizado por Trump en sus redes sociales, deja claro que Homan será el encargado de supervisar las deportaciones de inmigrantes indocumentados en lo que se perfila como uno de los planes más agresivos en la historia reciente de Estados Unidos.
Homan, quien ya formó parte del equipo de Trump durante su primera administración como director del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), es conocido por su enfoque estricto en materia migratoria. Durante su anterior gestión, fue responsable de implementar medidas controvertidas, como la separación de familias en la frontera, una política que generó críticas generalizadas y fue eventualmente revertida.
El nuevo «zar de las fronteras» ha defendido el plan de Trump, asegurando que no se tratará de «un barrido masivo de vecindarios» ni de «construir campos de concentración». Según Homan, las detenciones serán selectivas y basadas en procesos de investigación. Sin embargo, estas declaraciones han hecho poco para calmar las preocupaciones de defensores de los derechos de los inmigrantes, quienes temen un aumento significativo en las deportaciones y la separación de familias.
La designación de Homan ha generado reacciones inmediatas tanto en Estados Unidos como en México. La presidenta Claudia Sheinbaum, ha anunciado que buscará establecer contacto con el equipo de transición estadounidense para entender mejor los planes y, en la medida de lo posible, avanzar en una coordinación bilateral. Esta respuesta refleja la preocupación del gobierno mexicano ante la posibilidad de un aumento masivo en las deportaciones.
El nombramiento de Homan como «zar de las fronteras» se produce en un contexto de creciente tensión en torno a la política migratoria estadounidense. Con Trump prometiendo deportar a millones de inmigrantes indocumentados, la designación de un funcionario conocido por su postura dura envía un mensaje claro sobre las prioridades de la próxima administración. Queda por ver cómo se implementarán estas políticas y cuál será su impacto en las comunidades de inmigrantes y en las relaciones con países como México.
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