El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado polémica al declarar que «no bromea» sobre la posibilidad de buscar un tercer mandato presidencial, a pesar de que la Enmienda 22 de la Constitución prohíbe a cualquier presidente ser elegido más de dos veces. En una entrevista reciente con NBC News, Trump afirmó que existen «métodos» para lograrlo, aunque evitó detallar cuáles serían.
Durante la conversación, Trump mencionó que «mucha gente quiere que lo haga», refiriéndose al apoyo de sus seguidores y aliados políticos. Una de las estrategias planteadas sería postularse como vicepresidente en 2028 junto a JD Vance, quien podría renunciar tras ganar, permitiendo que Trump asuma el cargo por sucesión. Sin embargo, expertos legales han señalado que esta idea enfrenta obstáculos constitucionales y es poco viable.
La posibilidad de un tercer mandato ha sido calificada como un desafío directo a las normas democráticas. La Enmienda 22, ratificada en 1951 tras los cuatro mandatos consecutivos de Franklin D. Roosevelt, fue diseñada precisamente para evitar la concentración prolongada del poder en una sola persona. Modificarla requeriría el apoyo de dos tercios del Congreso y la ratificación por tres cuartas partes de los estados, algo improbable en el actual clima político polarizado.
Las declaraciones de Trump han provocado reacciones inmediatas. Mientras sus seguidores ven en él un líder capaz de continuar su agenda, críticos lo acusan de intentar perpetuarse en el poder y erosionar las instituciones democráticas. El Comité Nacional Demócrata calificó sus comentarios como «lo que hacen los dictadores».
Aunque Trump aseguró que aún es «muy temprano» para tomar decisiones definitivas, sus declaraciones han encendido un debate sobre los límites del poder presidencial y el futuro político de Estados Unidos.
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