En un desarrollo que marca un hito histórico tras más de dos años de devastador conflicto, Israel y Hamás han formalizado un acuerdo de paz y alto el fuego. Este pacto, anunciado inicialmente por el presidente estadounidense Donald Trump y confirmado por ambas partes, busca poner fin a la guerra en la Franja de Gaza que se inició el 7 de octubre de 2023 y que ha dejado un saldo trágico de más de 67,000 vidas palestinas y una crisis humanitaria sin precedentes. La firma, que tuvo lugar en la ciudad balneario egipcia de Sharm el-Sheij el 9 de octubre de 2025, representa un esfuerzo concertado de mediadores internacionales para restaurar la estabilidad en la región.
La primera fase de este ambicioso plan, propuesto por la administración Trump, contempla la implementación de un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes israelíes y la excarcelación de prisioneros palestinos. Según los términos del acuerdo, los aproximadamente 48 rehenes israelíes aún cautivos por Hamás, de los cuales se estima que 20 siguen con vida, serán liberados progresivamente, con los primeros intercambios esperados para el lunes o martes próximos. A cambio, Israel liberará a cerca de 2,000 prisioneros palestinos. Además, el pacto estipula una retirada parcial de las fuerzas israelíes de la Franja de Gaza, abriendo el camino para el ingreso urgente de ayuda humanitaria esencial y el inicio de un proceso de reconstrucción vital para el enclave palestino.
Las negociaciones, que contaron con la mediación crucial de Estados Unidos, Qatar, Egipto y Turquía, lograron sentar a las partes a la mesa después de intensos esfuerzos diplomáticos. El presidente Trump, quien ha celebrado el acuerdo como un «gran día para el mundo», enfatizó su confianza en que este pacto conducirá a una paz duradera y justa en la región. El gabinete israelí ratificó el acuerdo en la madrugada del viernes, despejando el camino para la suspensión de hostilidades en las próximas 24 horas y marcando una nueva etapa hacia el cese definitivo del conflicto. La comunidad internacional, incluyendo al secretario general de la ONU, António Guterres, ha celebrado el alto el fuego y solicitado su cumplimiento riguroso.
La implementación de este plan de paz no está exenta de desafíos. Si bien las expectativas son altas, existen dudas considerables sobre su alcance y la viabilidad a largo plazo. Por ejemplo, la postura de Israel de rechazar la creación de un Estado palestino y el escepticismo de Hamás sobre un desarme total presentan obstáculos significativos para las fases futuras del acuerdo. Históricamente, la región ha experimentado ceses al fuego previos que no lograron sostener la paz de manera duradera, lo que subraya la fragilidad de la situación actual.
Para garantizar el cumplimiento y la transición, Estados Unidos ha anunciado el envío de aproximadamente 200 soldados a Israel para unirse a un equipo internacional de monitoreo. Este equipo establecerá un centro de coordinación civil-militar para facilitar el flujo de ayuda humanitaria y brindar apoyo logístico en Gaza. La situación en el terreno sigue siendo delicada, y tanto el gobierno de Gaza, controlado por Hamás, como las familias de los rehenes han pedido máxima precaución y han recibido la noticia con una mezcla de emoción y preocupación.
Deja una respuesta