En las recientes elecciones para el Parlamento Europeo, celebradas el 9 de junio de 2024, los partidos de derecha y ultraderecha han logrado avances significativos, alterando el panorama político de la Unión Europea (UE). Los resultados preliminares indican un claro desplazamiento hacia la derecha, con importantes victorias en varios países clave.
En Francia, el partido Reagrupamiento Nacional, liderado por Marine Le Pen, obtuvo un contundente 32.4% de los votos, duplicando casi el apoyo recibido por el partido centrista Renacimiento del presidente Emmanuel Macron, que alcanzó solo el 15.2%. Este resultado llevó a Macron a disolver el parlamento nacional y convocar a nuevas elecciones, en un intento de recuperar el control político.
Italia también vio un notable ascenso de la ultraderecha, con la primera ministra Giorgia Meloni y su partido Hermanos de Italia más que duplicando sus escaños en el Parlamento Europeo. Este éxito se suma a la creciente influencia de la ultraderecha en otros países como Austria, donde el Partido de la Libertad (FPÖ) se posicionó como la fuerza más votada con un 27% de los votos.
En Alemania, el partido Alternativa para Alemania (AfD) logró un 16.5% de los votos, superando al Partido Socialdemócrata del canciller Olaf Scholz. Este resultado refleja un aumento significativo en comparación con el 11% obtenido en las elecciones de 2019.
El Partido Popular Europeo (PPE), aunque sigue siendo el grupo más grande en el Parlamento con 191 escaños, ha adoptado muchas de las posturas de la ultraderecha en temas como la inmigración y el cambio climático, lo que ha facilitado su crecimiento. La ultraderecha, por su parte, ha consolidado su presencia con alrededor del 24% de los escaños, sumando aproximadamente 170 diputados.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha sugerido la posibilidad de formar una coalición con los socialdemócratas y los liberales para contrarrestar la influencia de la ultraderecha. «Somos, por mucho, el partido más fuerte. Somos el ancla de estabilidad», afirmó von der Leyen, subrayando la necesidad de mantener una Europa fuerte y efectiva.
La creciente normalización de los partidos de ultraderecha, como se observa en Italia y los Países Bajos, plantea desafíos significativos para la UE. Estos partidos han moderado estratégicamente sus posiciones sobre Europa, abandonando los temas más radicales y centrándose en cuestiones nacionales como la inmigración y la seguridad.
Las elecciones para el Parlamento Europeo de 2024 han marcado un punto de inflexión en la política europea, con un notable avance de la derecha y ultraderecha. Este cambio refleja un descontento creciente entre los votantes europeos y plantea importantes desafíos para el futuro de la Unión Europea.
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