Moscú ha convocado a la embajadora de Estados Unidos en Rusia, Lynne Tracy, para denunciar lo que considera «tentativas de injerencia» por parte de Washington en los asuntos internos del país. Esta acción se produce en medio de crecientes tensiones entre ambas potencias.
El Ministerio de Exteriores ruso entregó una nota oficial a Tracy exigiendo que cese cualquier colaboración con ciertas ONG que, según Moscú, están involucradas en actividades desestabilizadoras en Rusia. Si bien no se especificaron los nombres de estas organizaciones, el Kremlin ha acusado en reiteradas ocasiones a grupos de la sociedad civil financiados desde el exterior de intentar desestabilizar el régimen de Vladimir Putin.
Esta denuncia de «injerencia» por parte de Rusia se enmarca en un contexto de deterioro de las relaciones bilaterales con Estados Unidos. Ambos países se han visto envueltos en una espiral de acusaciones mutuas y sanciones en los últimos años.
Rusia ha criticado abiertamente el apoyo militar y financiero que Washington brinda a Ucrania en el conflicto en curso, calificándolo como una injerencia directa en la región. Por su parte, Estados Unidos y sus aliados occidentales han impuesto duras sanciones económicas a Moscú por la invasión a Ucrania, considerada una violación flagrante del derecho internacional.
El reclamo de Rusia a Estados Unidos por supuestas «acciones injerencistas» refleja las profundas divisiones y la desconfianza mutua que caracterizan actualmente las relaciones entre ambas potencias nucleares. A medida que la guerra en Ucrania se prolonga, es probable que esta confrontación retórica se intensifique aún más.
Deja una respuesta