Miles de israelíes tomaron las calles este domingo para protestar en contra del primer ministro Benjamin Netanyahu. Las manifestaciones, que se han extendido por varias ciudades del país, son una respuesta a las políticas controvertidas del gobierno y a la percepción de corrupción en la administración actual.
Las protestas, que comenzaron de manera pacífica, se tornaron más intensas a medida que avanzaba el día. Los manifestantes portaban pancartas y coreaban consignas pidiendo la dimisión de Netanyahu y la implementación de reformas democráticas.
En Tel Aviv, la policía tuvo que intervenir para dispersar a los manifestantes que bloqueaban las principales avenidas. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, las protestas continuaron hasta altas horas de la noche, reflejando el descontento generalizado de la población.
Líderes de la oposición han expresado su apoyo a las manifestaciones, calificándolas como un ejercicio legítimo de la democracia. Por su parte, el gobierno ha emitido un comunicado en el que defiende sus políticas y acusa a los manifestantes de desestabilizar el país.
Las protestas en Israel son un recordatorio del poder de la movilización ciudadana y de la importancia de la participación política en la vida democrática del país.
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