La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha condenado enérgicamente los ataques terroristas perpetrados el domingo contra varias iglesias y sinagogas en la región de Daguestán, al sur de Rusia. Estos ataques han dejado al menos 20 muertos según los últimos informes. El Secretario General de la ONU, António Guterres, expresó sus condolencias a las familias de las víctimas, al pueblo y al gobierno de Rusia.
Los ataques, que parecen haber sido coordinados, se llevaron a cabo en las ciudades de Derbent y Makhachkala, ambas ubicadas en la costa del Mar Caspio. Los agresores, armados con armas automáticas, abrieron fuego dentro de una iglesia cristiana ortodoxa y una sinagoga en Derbent, causando la muerte de un sacerdote ortodoxo de 66 años, Nikolai Kotelnikov. En Makhachkala, los terroristas atacaron un puesto de control policial y otra iglesia, desencadenando intensos tiroteos alrededor de la Catedral de la Asunción.
El saldo trágico incluye al menos 15 policías y 4 civiles fallecidos, además de 46 personas heridas. Las autoridades rusas informaron que al menos seis militantes fueron abatidos tras los ataques, aunque ningún grupo ha reivindicado la autoría hasta el momento. El jefe de la región de Daguestán, Sergei Melikov, declaró tres días de luto y calificó lo sucedido como «un día de tragedia para Daguestán y todo el país».
Estos incidentes han avivado los temores de que Rusia pueda enfrentar una renovada amenaza militante islamista, apenas tres meses después del ataque terrorista en la sala de conciertos Crocus de Moscú, que dejó más de 140 muertos y fue reivindicado por el grupo Estado Islámico. Las autoridades rusas están investigando si células dormidas estuvieron involucradas en la coordinación de los ataques.
La comunidad internacional ha condenado unánimemente estos actos de violencia, reafirmando su compromiso en la lucha contra el terrorismo y expresando su solidaridad con el pueblo ruso en estos momentos difíciles. Estos ataques han puesto de manifiesto la continua amenaza del terrorismo y la necesidad de una respuesta global coordinada para combatirlo.
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