En un nuevo esfuerzo por abordar la problemática del tráfico ilícito de armas, México ha vuelto a alzar su voz en el escenario internacional, esta vez ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. La secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, hizo un enérgico llamado a fortalecer las medidas internacionales para reducir la disponibilidad generalizada de armas de fuego y exigir responsabilidades a fabricantes y distribuidores que no llevan un control adecuado de sus productos.
Durante su intervención, Bárcena enfatizó que, si bien existen compromisos internacionales para combatir el tráfico de armas, estos esfuerzos se ven limitados cuando los países de fabricación y origen no mantienen un registro detallado de quiénes compran las armas y dónde terminan. La canciller mexicana subrayó la urgencia de abordar este tema, dado que las armas traficadas son principalmente utilizadas por el crimen organizado.
«Hago un llamado a los fabricantes y distribuidores para que asuman su responsabilidad y tomen medidas diligentes para evitar que [las armas] caigan en el mercado ilícito«, declaró Bárcena ante el pleno de la ONU.
Este pronunciamiento se enmarca en una estrategia más amplia del gobierno mexicano para combatir el flujo ilegal de armas hacia el país. Según datos oficiales, aproximadamente el 70% de las armas de fuego destinadas a organizaciones criminales en México ingresan a través de la frontera norte, lo que en 2019 representó un total de 9,279 armas.
La problemática ha alcanzado dimensiones alarmantes. Se estima que alrededor de 15 millones de armas circulan en México, de las cuales el 85% han ingresado ilegalmente. Estas armas están vinculadas al 67.4% de los homicidios intencionales en el país.
En un esfuerzo por abordar esta crisis, México ha emprendido acciones legales contra fabricantes de armas estadounidenses. En agosto de 2021, el gobierno mexicano presentó una demanda contra varias empresas, incluyendo Smith & Wesson, Barrett Firearms, Colt’s Manufacturing Company, Glock y Ruger, alegando que promueven el acceso a armas de alto poder sin regulaciones estrictas.
La postura de México en el foro internacional refleja la necesidad de una cooperación global más estrecha para enfrentar este desafío. La secretaria Bárcena enfatizó que México no puede combatir este fenómeno por sí solo, dadas sus implicaciones y consecuencias globales.
El llamado de México a la acción internacional se produce en un momento en que Estados Unidos y México han intensificado sus esfuerzos bilaterales para frenar el tráfico de armas. Iniciativas como la Operación Southbound del Departamento de Justicia de EE.UU. y la Operación Without a Trace del Departamento de Seguridad Nacional han resultado en un aumento significativo en la incautación de armas y municiones destinadas a México.
Mientras la comunidad internacional reflexiona sobre este llamado, queda claro que la lucha contra el tráfico ilícito de armas requerirá un enfoque multifacético y una cooperación internacional sin precedentes para abordar eficazmente esta amenaza a la seguridad regional y global.
Deja una respuesta