Llega el portaaviones USS Gerald R. Ford al Caribe y eleva tensión entre EE.UU. y Venezuela

El arribo del portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande y moderno de la flota estadounidense, al mar Caribe ha encendido las alertas diplomáticas y militares en América Latina, elevando la tensión entre Estados Unidos y Venezuela. El despliegue de este coloso naval forma parte de la nueva operación antidrogas lanzada por la administración Trump en la región, cuya estrategia incluye tareas de patrullaje, vigilancia aérea, presencia de destructores y ejercicios junto a fuerzas aliadas del Caribe y Sudamérica.

El Pentágono confirmó que el Gerald R. Ford, capaz de operar más de 75 aeronaves y portar miles de efectivos, se suma a una ofensiva marítima dirigida a interceptar y disuadir rutas del narcotráfico que atraviesan aguas internacionales cercanas a Venezuela, Colombia y las Antillas. Desde Washington, se sostiene que el objetivo es fortalecer la cooperación hemisférica y cortar el flujo de cocaína y fentanilo, pero analistas y gobiernos de la región advierten que la magnitud y el simbolismo del despliegue podrían reavivar tensiones geopolíticas y alimentar la retórica de confrontación.

El gobierno de Nicolás Maduro calificó la maniobra como “una provocación directa y un acto de intimidación militar contra la soberanía venezolana”, rechazando la presencia estadounidense cerca de aguas territoriales y denunciando ante foros multilaterales lo que considera un intento de presionar políticamente al régimen venezolano. Caracas ordenó el refuerzo de la defensa costera, desplegó ejercicios de la Armada y solicitó reuniones urgentes con socios de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) para coordinar una postura común frente al operativo estadounidense.

El arribo del Gerald R. Ford también genera inquietud en países vecinos, que temen una escalada si ocurren incidentes en rutas marítimas o si aumenta el tránsito de migrantes y embarcaciones irregulares ante el mayor control naval. Gobiernos como el de Colombia han manifestado apoyo a la vigilancia internacional contra el narco, pero piden transparencia, respeto a la soberanía y una colaboración equilibrada sin acciones unilaterales ni “misiones de castigo”.

A nivel internacional, la presencia del principal portaaviones de Estados Unidos en el Caribe reaviva recuerdos de épocas de máxima tensión en la región y pone bajo escrutinio la eficacia y los riesgos de una estrategia basada en el poderío militar. Expertos señalan que el despliegue envía un mensaje de fuerza en tiempos de incertidumbre geopolítica, pero podría tensar aún más los vínculos diplomáticos y volver más difícil cualquier solución negociada para la crisis venezolana y los desafíos de seguridad que enfrenta el continente.

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