El gobierno de Estados Unidos y el presidente de Colombia, Gustavo Petro, han insistido en la necesidad de celebrar nuevas elecciones en Venezuela como solución a la crisis política que atraviesa el país. Sin embargo, la Oposición venezolana ha rechazado categóricamente esta propuesta, calificándola como una «falta de respeto».
Según fuentes diplomáticas, tanto Brasil como Colombia han optado por una estrategia de discreción en sus esfuerzos de mediación, evitando hacer declaraciones públicas que puedan complicar aún más la situación. La Oposición considera que plantear nuevos comicios en este momento es una medida inapropiada que no resuelve los problemas fundamentales del país.
La Oposición sostiene que no se trata de unas nuevas elecciones, sino de un proceso de transición democrática que permita la participación de todos los actores políticos y sociales. Además, enfatizan que la prioridad debe ser atender la crisis humanitaria y garantizar la protección de los derechos humanos de los ciudadanos.
El gobierno de Estados Unidos ha sido uno de los principales impulsores de la celebración de nuevas elecciones en Venezuela, argumentando que es la única manera de restablecer la democracia en el país. Sin embargo, la Oposición considera que esta propuesta ignora las raíces profundas del conflicto y no ofrece una solución integral a la crisis.
En medio de este escenario, tanto Brasil como Colombia han optado por mantener un perfil bajo en sus esfuerzos de mediación, conscientes de la complejidad del conflicto y de la necesidad de encontrar soluciones que cuenten con el respaldo de todas las partes involucradas.
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