Argentina ha registrado una inflación anual récord de 211.4% en 2023, lo que marca el peor desempeño económico del país en más de tres décadas. Este porcentaje supera incluso a la inflación de Venezuela, desplazándola como el país con la mayor tasa inflacionaria de la región.
La inflación de diciembre fue del 25.5%, un pico considerablemente alto comparado con el 12.8% de noviembre. Este salto se atribuye a la devaluación de la moneda y el plan de ajuste impulsado por el presidente Javier Milei, quien asumió el cargo el 10 de diciembre. Milei, conocido por sus políticas ultraliberales, había prometido durante su campaña dolarizar la economía y eliminar el Banco Central como medidas para combatir la inflación.
El impacto de la inflación en la sociedad argentina ha sido profundo, con un aumento promedio del 29.7% en alimentos y bebidas no alcohólicas. Los medicamentos también vieron un incremento significativo en sus precios, con alzas promedio del 40%. A pesar de estos desafíos, se ha reportado una leve desaceleración en los precios de los alimentos en los primeros días de enero.
El gobierno de Milei también eliminó los controles de precios que había implementado la administración anterior, lo que, según expertos, contribuyó a la dinámica inflacionaria actual. El presidente ha advertido que las medidas adoptadas podrían impactar negativamente en el empleo, salarios reales y aumentar el número de pobres e indigentes, aunque sostiene que son necesarias para establecer las bases de un crecimiento económico sólido a largo plazo.
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