La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) decidió mantener las tasas de interés sin cambios en un rango objetivo del 5,25% al 5,5%, el nivel más alto desde 2001, a pesar de los avances en la desaceleración de la inflación. Esta decisión unánime refleja la determinación de la entidad para garantizar que la inflación regrese a su meta del 2%.
Si bien la inflación ha disminuido durante el año pasado, el comité reconoció que sigue siendo elevada. Por ello, los funcionarios prevén solo un recorte de tasas de 75 puntos básicos para 2024, un ritmo más lento que el proyectado en septiembre. La mediana de las previsiones sitúa la tasa de los fondos federales en 4,6% a finales de 2024, aunque las expectativas individuales varían ampliamente.
El principal desafío para la Reserva Federal es determinar el momento adecuado para comenzar a reducir las tasas de interés. Un recorte demasiado pronto podría poner en riesgo el regreso de la inflación al objetivo del 2%.
Los funcionarios han prometido mantener las tasas elevadas el tiempo suficiente para garantizar que la inflación se controle. Sin embargo, los participantes del mercado anticipan recortes de tasas ya en marzo, fomentando esa especulación.
La declaración posterior a la reunión destacó un cambio de tono, señalando que los funcionarios monitorearán una variedad de datos para determinar si se requiere «cualquier» reafirmación adicional de políticas, una palabra que no estaba presente en el comunicado anterior.
Además, el comité reconoció que los riesgos para el crecimiento de los precios están, en términos generales, equilibrados. Esto contrasta con la preocupación previa sobre los riesgos inflacionarios.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro se desplomaron, mientras que el índice S&P 500 subió y el índice del dólar Bloomberg bajó tras el anuncio. Los contratos de swaps indicaron una mayor flexibilización en 2024, mostrando más de 125 puntos básicos de recortes de tipos, y las probabilidades de un recorte en marzo aumentaron alrededor del 60%.
En resumen, la Fed mantiene un enfoque cauteloso en su lucha contra la inflación, reconociendo los avances pero manteniendo las tasas elevadas hasta lograr un control más sólido de los precios. La decisión de cuándo comenzar a recortar las tasas será crucial en los próximos meses.
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