JP Morgan Chase & Co. ha elevado la probabilidad de que la economía de Estados Unidos entre en recesión a un 35% para finales de este año, un aumento significativo respecto al 25% estimado anteriormente. Este ajuste se debe a una serie de factores económicos que sugieren una desaceleración más pronunciada de lo esperado.
El informe de empleo de julio fue uno de los principales desencadenantes de esta revisión. Los datos mostraron una creación de empleo menor a la esperada, lo que indica una posible debilidad en el mercado laboral. Además, se observan señales tempranas de reducción de personal en algunas industrias, lo que contribuye a la preocupación sobre el futuro económico.
La noticia ha tenido un impacto inmediato en los mercados financieros. La caída en los empleos y la reversión de las operaciones de carry trade financiadas en yenes llevaron a una disminución significativa en los mercados bursátiles globales. Esta volatilidad refleja la incertidumbre que sienten los inversores sobre el futuro económico de Estados Unidos.
Ante este panorama, los mercados están anticipando una reducción de 50 puntos básicos en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal en septiembre. Según el informe de JP Morgan, la desaceleración de la inflación salarial en Estados Unidos, que no se observa en otras economías desarrolladas, es un indicio de que la política actual de la Fed es restrictiva y podría necesitar ajustes.
JP Morgan también prevé que la Reserva Federal podría abandonar su enfoque gradualista y reducir las tasas de interés en al menos 100 puntos básicos para fin de año. Esta medida buscaría estimular la economía y evitar una recesión más profunda.
Goldman Sachs, otro importante actor en el ámbito financiero, también ha aumentado su pronóstico de recesión para Estados Unidos, elevándolo en 10 puntos porcentuales hasta un 25% en el próximo año. Esto subraya la creciente preocupación en el sector financiero sobre la estabilidad económica del país.
La revisión al alza de la probabilidad de recesión por parte de JP Morgan refleja una creciente inquietud sobre la salud económica de Estados Unidos. Con un mercado laboral debilitado y expectativas de ajustes en las políticas de la Reserva Federal, el panorama económico para los próximos meses se presenta incierto y volátil.
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