El mundo de la inteligencia artificial ha sido sacudido por la irrupción de DeepSeek, un modelo de IA desarrollado en China que ha desafiado a los gigantes tecnológicos estadounidenses. Este asistente de IA de bajo costo se ha convertido en la aplicación gratuita más descargada en AppStore, causando un revuelo en el mercado tecnológico y financiero de Estados Unidos.
El impacto de DeepSeek ha sido tan significativo que provocó una caída del 17% en las acciones de Nvidia, líder en el mercado de chips de inteligencia artificial, resultando en una pérdida histórica de 593 mil millones de dólares en su valor de mercado en un solo día. Esta situación ha generado dudas sobre el valor real necesario para el funcionamiento de las IA y ha puesto en tela de juicio las enormes inversiones que las empresas tecnológicas estadounidenses están realizando en centros de datos y chips.
El presidente Donald Trump ha calificado el éxito de DeepSeek como «una llamada de atención para nuestras industrias», señalando que demuestra que no es necesario gastar tanto dinero en el desarrollo de IA. Por su parte, Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, reconoció que DeepSeek es un «modelo impresionante», aunque defendió su propio modelo de inteligencia artificial.
DeepSeek, fundada en 2023 en Hangzhou, China, lanzó su primer modelo de gran tamaño basado en IA a finales del mismo año. La empresa afirma haber desarrollado su modelo en solo 55 días con un presupuesto inferior a seis millones de dólares, cifras considerablemente menores a las manejadas por sus competidores estadounidenses. Este logro ha puesto en cuestionamiento las millonarias inversiones de los gigantes tecnológicos en el desarrollo de sus modelos de IA.
La irrupción de DeepSeek también ha reavivado el debate sobre la estrategia de Estados Unidos de restringir la venta de semiconductores de IA a China. Algunos expertos sugieren que el momento de furor por DeepSeek no es casualidad y podría estar relacionado con los recientes cambios en la política exterior estadounidense. Este acontecimiento demuestra que la carrera por el dominio de la inteligencia artificial está lejos de terminar y que nuevos actores pueden cambiar rápidamente el panorama tecnológico global.
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