La reciente escalada de tensiones en el Caribe entre Venezuela y Guyana por el territorio del Esequibo ha desencadenado una serie de eventos y declaraciones que han captado la atención internacional. La Organización de Estados Americanos (OEA) ha criticado fuertemente la «postura agresiva del régimen de Maduro» hacia Guyana, en relación con la disputa por el Esequibo. Esta situación se ha intensificado tras la realización de un referéndum el 3 de diciembre de 2023, considerado ilegal e ilegítimo por la OEA, en el que Venezuela buscó anexar la región del Esequibo. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, incluso ordenó la creación de un nuevo estado denominado “Guayana Esequiba” después del referéndum.
El conflicto por el Esequibo tiene sus raíces en la historia colonial. Venezuela sostiene que el Esequibo forma parte de su territorio desde 1777, cuando era colonia de España. Tras la independencia de Guyana del Reino Unido en 1966, se sentaron las bases para una solución negociada, pero Guyana defiende el tratado de 1899 que definió los límites actuales, tratado que no es reconocido por la administración de Maduro. La presencia de petróleo, gas y oro en el Esequibo ha exacerbado el conflicto, especialmente tras acusaciones de Venezuela contra la petrolera estadounidense ExxonMobil por realizar operaciones en zonas no delimitadas.
En un reciente desarrollo, Maduro llamó «al pueblo al combate» en respuesta al «apoyo irrestricto» de Estados Unidos a la soberanía de Guyana y a los ejercicios aéreos militares anunciados por este país en medio del conflicto territorial. Además, Maduro acusó al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, de apoyar a Guyana y despojar a Venezuela de su tierra, haciendo referencia al Laudo Arbitral de París de 1899.
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