La Torre Eiffel cerró sus puertas en vísperas de Año Nuevo debido a una huelga de trabajadores, quienes protestan contra la «actual gestión«. Esta situación coincide con el centenario de la muerte de Gustave Eiffel, el constructor de la torre.
La huelga se originó ante las negociaciones contractuales con la ciudad de París, propietaria del monumento. El sindicato CGT critica un modelo económico «excesivamente ambicioso e insostenible«, señalando una infravaloración de los presupuestos para el monumento y una sobrevaloración de los ingresos esperados.
Mientras tanto, los turistas aún pueden acceder a la explanada acristalada bajo la torre.
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