El presidente Joe Biden se prepara para anunciar una polémica orden ejecutiva que limitará las peticiones de asilo y le permitirá cerrar la frontera con México una vez que se supere un determinado número de cruces ilegales.
La medida, que se dará a conocer el martes en compañía de alcaldes de ciudades fronterizas, permitirá a los agentes de inmigración deportar rápidamente a quienes ingresen al país de forma irregular. Aunque aún no se ha revelado el techo específico, fuentes de la Administración aseguran que la frontera podría cerrarse si se alcanzan 2,500 cruces ilegales diarios durante una semana.
Para implementar esta política, Biden hará uso de la sección 212 (f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, un recurso previamente utilizado por Donald Trump para imponer medidas migratorias estrictas como el veto de musulmanes en 2017.
La orden ejecutiva parece eximir a los menores no acompañados de la nueva norma. Sin embargo, ha generado críticas por su aparente dureza en comparación con las promesas demócratas de una política migratoria más humana.
Esta medida llega en un momento clave, a pocos meses de las elecciones de noviembre, donde la gestión fronteriza es un tema candente. Biden podría utilizarla como un arma en el debate presidencial contra Trump del 27 de junio, quien ha prometido cerrar la frontera desde el primer día si gana la Casa Blanca.
Los republicanos rechazan la orden ejecutiva, negándose a dar un triunfo a Biden en un flanco tan importante de cara a las elecciones. La retórica antiinmigrante de Trump ha sido un sello de su campaña.
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