Un brutal ataque terrorista sacudió la capital rusa la noche del viernes, cuando un grupo de hombres armados irrumpió en la sala de conciertos Crocus City Hall y abrió fuego contra los asistentes que esperaban el inicio del concierto de la banda Picnic. El atentado, que fue reivindicado por el Estado Islámico, ha dejado hasta el momento un saldo de al menos 40 personas muertas y más de 100 heridas.
Según testigos, los atacantes vestían uniformes de camuflaje y portaban armas de asalto. Ingresaron al recinto alrededor de las 20:00 horas (hora local) y comenzaron a disparar indiscriminadamente contra la multitud, provocando escenas de pánico. Además, se registró un incendio en el edificio que dificultó las labores de rescate. Más de 200 personas quedaron atrapadas en medio de las llamas.
Las fuerzas especiales rusas se desplegaron rápidamente en el lugar para evacuar a los sobrevivientes y neutralizar a los agresores. El FSB ha iniciado una investigación por terrorismo y se encuentra tras la pista de cinco sospechosos. Por su parte, el grupo yihadista ISIS asumió la autoría del ataque a través de un comunicado en Telegram, afirmando que el objetivo era una «reunión de cristianos».
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, lamentó la tragedia y envió sus condolencias a los familiares de las víctimas. Mientras tanto, el Kremlin informó que el presidente Vladimir Putin está siendo constantemente actualizado sobre el avance de las pesquisas. La comunidad internacional ha condenado enérgicamente este brutal acto terrorista.
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